sábado, 1 de marzo de 2008

Vecinas

Estaba yendo a comprar mis cigarrillos "V" (no pongo la marca poque no es mi auspiciante) como siempre, y me detuve a saludar.
Dos mujeres se encontraban en ese cuarto, sentadas, tomando un mate que no me ofrecieron porque estaba frío; ellas son amigas desde hace muchos años.
La mujer rubia me invitó a sentarme, y al instante entró una tercera mujer.
Puedo describrlas como "madres", de hecho, las tres pueden ser mis madres y una de ellas ya es abuela. La gordita - la rubia - fuma sin parar, su amiga se fuma el humo que ella exhala; me convida un "Jockey suave" que prendo al momento y seguidamente la tercera mujer enciende su cigarrillo.
Entre la humareda charlan de los ruidos que se escuchan en el edificio, de eutanasia, del precio de la docena de huevos y de "alplax"...
La gordita, la que fuma incesantemente, parece cansada, en verdad fatigada, siempre tiene un aspecto depresivo y desaliñado, pero es muy simpática; su cabeza es redonda y pesada, está como pegada a su cuerpo sin cuello mediante. Cuando habla, su voz se oye como con una bocanada de humo atragantada, indistintamente de si está fumando o no.
Ahora escribo y describo, un poco con prejuicio, un poco con horror, aunque no me quejo... me quedé sin cigarrillos (y ya es de noche para salir a comprar) pero por suerte tengo un "jockey suave" posado en el cenicero mientras preparo unos mates.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La muerte y sus disfraces
Juan Luis Panero
Un viejo en camiseta, sudoroso y solitario, espera, como todos los atardeceres, que la noche o la muerte lleguen, mientras se abanica incansablemente frente al televisor.
En su tejado -el viejo lo ignora- una paloma, aplastada por el calor, la enfermedad o la vejez, resbala y tropieza, intentando inútilmente levantar el vuelo, hasta derrumbarse, montón de plumas polvorientas, entre las rojas tejas de latón.
Enfrente, bebiendo en la terraza, contemplo el espectáculo de su común miseria, de su desolación, pero ¿qué vio la paloma antes de caer? y sobre todo, ¿qué es lo que ve el viejo cuando a veces mira, disimuladamente, mi terraza?

LuLa dijo...

Muy bueno! Si sabrás de los espías de terrazas, no?

LoLo dijo...

Gordita ya ESTAS!,alplax no tomas pero te drogas igual. Muy piola tu relato! te vas a pasar al jockey club. TE FELICITO POR TU BLOG! seguire leyendolo. NoS VeMoS

LuLa dijo...

Loloooooooooooo!! jaja, no lo puedo creer! che, no se si te diste cuenta, pero ya tenés tu blog también, porque te creaste un usuario para comentar acá...jej!
se viene el loloblog!!(ojalá)
Gracias! Besugos!