lunes, 21 de abril de 2008

Casi nada

Disminuída, reducida, diminuta, casi nada, como una piedrita en el zapato o una pestaña dentro del ojo, que persiste y termina dañando lo que toca, tan minúscula, que su insignificancia irrita.
Una brisa la desplazó, la hizo estrellar contra la pared y regó el suelo, despedazada. Sembró toda la extensión con su evanescencia, entonces, condensada, comenzó a danzar por el aire y fundiéndose con el oxígeno, fue inhalada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Levantado del suelo-José Saramago

...La mujer miró al cielo, manera antigua y rural de leer esta gran página abierta sobre nuestra cabeza, para ver si aclaraba, y no, k andaba el cielo más bien cargado de tinta oscura, no tendremos más tarde. La carreta avanza, es un barco bandeando en el diluvio, se va a caer todo, parece k para ello anda el hombre apaleando al burro y es sólo la prisa de llegar hasta aquella encina, k algo de resguardo dará. Ya han llegado hombre, carreta y burro, y aún anda la mujer chapoteando en el fango, no puede correr, despertaría al niño, así está hecho el mundo, k no reparan unos en el mal de los otros, aunque estén tan cerca como madre e hijo...