martes, 8 de abril de 2008

Lluvia

Con la angustia atragantada, en medio de un silencio casi insoportable, con un mate insípido esperándome, levanto la mirada y compruebo que volvió a llover.
El agua casi no me pasa por la garganta, ya ni la tierra ni mis ojos la toleran.
Hace horas que el cielo está tapizado de nubes espesas e inmóviles.
Me desespero mientras el día se apaga lentamente y al mismo tiempo, deseo que pase rápido la noche.
Hasta acá llegué, no quiero escuchar más el eco de mis pensamientos, el retumbar de mis quejas ni el golpeteo de las gotas.
(`07)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lluvia - Raúl González Tuñon
Entonces comprendimos k la lluvia también era hermosa.
Unas veces cae mansamente y uno piensa en los cementerios abandonados. Otras veces cae con furia, y uno piensa en los maremotos k se han tragado tantas espléndidas islas de extraños nombres.
De cualquier manera la lluvia es saludable y triste. De cualquier manera sus tambores acunan nuestras noches.
Tú venias hacia mi y los otros seres pasaban.
No sabian nada de nosotros. Ignoraban la intimidad de nuestros abrazos, la ternura de nuestra fatiga.
Acaso los rostros amigos, las fotografias, los paisajes k hemos visto juntos, tantos gestos k hemos entrevisto o sospechado, los ademanes y las palabras de ellos, todo, todo ha desaparecido y estamos solos bajo la lluvia, solos en nuestro compartido, en nuestro apretado destino, en nuestra posible resurrección.
Te quiero con toda la ternura de la lluvia.
Te quiero con toda la furia de la lluvia.
Te quiero con todos los tambores de la lluvia.
Te quiero con todos los violines de la lluvia.
Oh, visitantes.
Iguales luces señaleras nos atraen hacia la compartida vida, hacia el destino único.
Ni en nuestro cuerpo ni en nuestro espíritu nunca pasaremos la linea del otoño. Pork la intensidad de nuestro amor es tan grande, tan poderosa, k no nos daremos cuenta cuando todo haya muerto, cuando tú y yo seamos dos sombras, y todavía estemos pegados, juntos, subiendo siempre la callejuela sin fin de una pasión irremediable.
Oh, visitantes.
Estoy lleno de tu vida y de tu muerte.
Estoy tocado de tu destino.
Sin embargo yo quería hablar de la lluvia, igual, pero distinta, ya al caer sobre los jardines, ya al deslizarse por los muros, ya al inundar los barrios de nuestra solidaridad y de nuestra esperanza, los humildes barrios de los trabajadores.
La lluvia es bella y triste y acaso nuestro amor sea bello y triste y acaso esa tristeza sea una manera sutil de alegría. Oh, íntima,recóndita alegría.
Estoy tocado de tu destino.
Oh, lluvia.
Oh, generosa.

LuLa dijo...

Si, la lluvia es triste, pero también es bella.
Qué lindas cosas que no había leído!, gracias nena, besugos!