lunes, 28 de abril de 2008

Murmura, desde aquel suceso ella siempre murmura...
¿Serán las explicaciones que nunca entenderá?, ¿serán las maldiciones que apenas logran salir de su garganta anudada? o tal vez, ¿serán los lamentos, que en inagotables lágrimas no encuentran el encause del río, porque las grietas de su piel las reabsorben?
(mayo 2007)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Retornos de una sombra maldita
Rafael Alberti

Será difícil, madre, volver a ti? Feroces somos tus hijos. Sabes que no te merecemos quizás, que hoy una sombra maldita nos desune, nos separa de tu agobiante corazón, cayendo atroz, dura, mortal, sobre sus telas, como un oscuro hachazo.
No, no tenemos manos, verdad?, no las tenemos, que no lo son, ay, ay, porque son garras, zarpas siempre dispuestas a romper esas fuentes que coagulan para ti sola en llanto.
No son dientes tampoco, que son puntas, fieras crestas limadas incapaces de comprender tus labios y mejillas.
Han pasado desgracias, han sucedido, madre, verdaderas noches sin ojos, albas que no abrían sino para cerrarse en ciega muerte.
Cosas que no acontecen, que alguien pensó más lejos, más allá de la lívidas fronteras del espanto, madre, han acontecido.
Y todavía por si acaso hubieras, por si tal vez hubieras soñado en un momento que en el olvido puede calmar el mar sus olas, un incesante ocaso, un ceñido rodeo te aprietan hasta hacerte subir vertida y sin final en sangre.
Júntanos, madre. Acerca esa preciosa rama tuya, tan escondida, que anhelamos asir, estrechar todos, encendiéndonos en ella como un único fruto de sabor dulce, igual. Que en ese día, desnudos de esa amarga corteza, liberados de ese hueso de hiel que nos consume, alegres, rebosemos tu ya tranquilo corazón sin sombra.

LuLa dijo...

que tremendo!, demoledor!
pero me consuela pensar que en algun lugar volverán a juntarse y que su corazón dejará de estar sombrío.