miércoles, 27 de agosto de 2008

Te amo y gracias, le dijo y la boca se le llenó de palabras sin sentido, desorganizadas e inconexas. Ella no entiende, no puede entenderlas. Él intenta usar el lenguaje de gestos, como en una escena de cortejo entre animales. Ella tampoco decodifica la intención. No ve, no siente, está impedida de hacerlo, está reprimida y sumida en el más profundo destierro, está enredada en los detalles y no logra percibir lo esencial.

lunes, 9 de junio de 2008

Malestar

La tensión revuelve mis tripas. Mis nervios flacos, estrangulados, se retuercen entre sí, exprimiéndose, segregando sus jugos que recorren la totalidad de mi interior, como si fueran calles, pero sin salida, como callejones, laberinto agobiante.

Desolación inconmensurable. Desesperación. Autopista hacia el vacío, y arriba el cielo cargado de nubes pesadas, hinchadas de ácido para derramar.

No puedo hablar. Esta angustia obstruye mi garganta en arcadas nauseabundas.

miércoles, 4 de junio de 2008

Y comenzás a sentir eso que no querías, lo que estaba latente y siempre escondiste.
Se empieza a agrietar tu cáscara, de a poco se acentúan las vetas, como aflora el musgo en la humedad, como ese pastito que brota entre las baldosas, igual que las raíces de los álamos, cuando salen a las superficie y levantan todo el piso, o como proliferan los hongos en la podredumbre.
Como esa sombra que obtura tu luz, ese gran muro, infranqueable; como ese hálito que satura el aire hasta empañarlo todo, hasta asfixiarte.
Pero al fin, cuando salga el sol y sus rayos logren abrazarte, también reverberará su luz en las plateadas hojas de tu álamo.

jueves, 29 de mayo de 2008

Mensaje en un envoltorio

Este no es como los mensajitos pseudopoético-románticos que vienen en ese chocolate de los dos corazones, tampoco se trata de los tradicionales mensajes impresos en los sobrecitos de azucar, mucho menos tiene que ver con los modernos mensajes de texto; tampoco creo que sea algún antiguo proverbio, máxima o aforismo. Este mensaje está impreso en papel sulfito, como el que usan para envolver fiambre en los almacenes. Después de pagar una caja de Ibupirac 600 que compré por mi muela, la farmacéutica envolvió cuidadosamente la cajita y luego me la entregó. ¿Alguna subrepticia intención?

viernes, 23 de mayo de 2008

Genealógico

Una parte de mí te busca, pero la otra parte te detesta, te ignora, te niega, te olvida... a veces creo que te olvido, pero claro está, es sólo un deseo. No te busco, en realidad quisiera encontrar en vos esa parte que me falta, porque aunque no quiera ni pensarlo, tenés algo que es mío, es decir... nada, igual no acepto devoluciones, ¿para qué?. No quiero ningún contacto, nada que venga de vos. No llames, no insistas, no provoques. No me gustaría encontrarte, no te gustaría encontrarme. Reventá!, que la indiferencia es la soga que rodea tu cuello y estoy dispuesta a patear el banquito que te sostiene en puntas de pie!... Además, ya está, ya lo tengo, esto es lo que me faltaba, ya lo encontré, a ver, como se llama... ah! si... se llama rencor.

lunes, 19 de mayo de 2008

Premonición

Como todos los miércoles, Susana se sienta junto a la profesora para entender la consigna y para charlar con ella; a su lado está Marta, que siempre comprende a la perfección y es la primera en la cola que hacemos para corregir los trabajos.
Sí, como en la escuela primaria, tenemos que hacer una fila porque a Renée, nuestra profesora, le gusta corregir minuciosamente cada una de nuestras composiciones y para eso usa lapiceras de distintos colores.
Pese a mi torpe destreza para adivinar edades, supongo que las tres mujeres pertenecen a la misma generación: el cabello blanco en canas de Renée, las arrugas que surcan la frente y el entrecejo de Susana y la jorobada espalda de Marta, habilitan mi presunción.
Marta y Susana llegan y se van juntas de la clase.
No podría asegurar que son amigas, pero intuyo que se conocen, o al menos, creo que Susana conoce a Marta.
Desde el primer día de clases, cuando la ví a Susana, percibí algo extraño en su mirada, pero no quiero pecar de prejuiciosa, aunque, para ser más ilustrativa y apelando a una comparación grotesca y un tanto socarrona, creo que Susana se parece a "Chucky", el de la película, "el muñeco maldito"; ella es petisa y tiene el pelo revuelto y sucio. La observo mientras estoy en la fila. Ella me mira y pone un taper con galletitas frente a mis ojos.
-¿Querés? -me pregunta.
-No, gracias -le contesto.
Pero ella insiste:
-Dale, probá una, mirá que son caseras.
-Bueno, entonces las voy a probar -digo, mientras agarro una.
Y, ofreciéndoles a las demás compañeras, aclara:
-Las hizo Marta.
Al escucharla, Renée exclama:
-¿Cuándo las hizo? ¿Cómo le alcanza el tiempo para hacer tantas cosas? -y riéndose, agrega- ¡Las debe hacer mientras duerme!
Marta no la escuchó, porque estaba muy concentrada en su trabajo, entonces Susana contestó por ella:
-En su tiempo libre, Marta cose para afuera.
Después de la corrección de los trabajos, tomamos un recreo.
Yo salí sólo unos minutos para fumar, cerca del aula, porque tengo unos collages atrasados. En ese momento, me abstraigo, y se me viene la imagen de Susana. Tengo su mirada clavada, me invaden infinidad de especulaciones sobre ella. Pienso que tiene ojos de víbora celosa, o que ella misma es una serpiente constrictora y que Marta es la presa que le quita el sueño, porque si Marta hornea galletitas mientras duerme, Susana debe estar ahí, en vigilia, para controlarlo. Pienso que a ella le gustaría, desearía haber amasado esas galletitas, pero se conforma con convidarlas, mientras ceba mate.
Pero no son buenos los preconceptos, además ni siquiera la conozco.
Volvemos del recreo y nos acomodamos cada una en nuestros bancos. El aula es muy amplia, porque las mesas son enormes tableros de arquitectura.
Lejos, se escuhan las correcciones que hace Renée a las composiciones de Susana.
-Me voy a poner a llorar -dice Susana- porque hago todo mal y usted me reta.
-No, yo te corrijo nada más, además no es para tanto, hay que llorar por cosas más graves -dice Renée a modo de consuelo.
Pero Susana continúa:
-Es que hoy se la agarró conmigo profesora. A ella no le dice nada porque hace todo bien, porque todo le sale perfecto.
-Bueno, es que Marta es muy aplicada, pero a ella también le corrijo errores -le contesta Renée.
Pero esas explicaciones no le bastaron a Susana, entonces, le replica:
-No, a Marta siempre le sale todo bien, por eso la envidio.
Esa frase resonó en mi cabeza y levanté la mirada en dirección a Susana, de golpe me sentí implicada en sus palabras, casi imputada.
Recobré la calma cuando la profesora, risueña, contestó:
-Bueno, pero todos tenemos un poco de eso, es una envidia sana.
Entonces Susana le retrucó:
-No, la mía es envidia de la mala -y levantando la cabeza, escrutó con una mirada panorámica a todos los que estábamos alrededor y agregó: -yo soy re envidiosa.
En ese instante, me recorrió una sensación muy incómoda, mezcla de complicidad e incredulidad, me sentí involucrada, envuelta en un déjà vu.
Y como si no hubiesen bastado tales declaraciones, Susana remató con esta frase:
-Si hay alguien que odio en este mundo, es a Marta.
Como respuesta a tremenda confesión, Renée soltó una carcajada nerviosa y dijo:
-Hoy estás terrible Susana -y añadió- Cuidado Marta, con los mates que te ceba.
Yo quedé pasmada, inmóvil en mi banco.
Ya más tranquila en el colectivo, volviendo a casa, pensaba, debatía sobre esa secuencia en mi cabeza y de pronto sentí un escalofrío. Va a ser mejor que no piense más en Susana como protagonista de mis fábulas, como la actriz estelar de las ficciones que fabrico en mi mente.
No quiero imaginar cómo sigue esta novela.
En adelante, trataré de evitar los juicios de valor, cualquier preconcepto y prejuicio, porque puede volverse un presagio, por temor a que se transforme en una premonición.
Aunque confieso que me encantaría saber cómo va a terminar esta historia. Pero será mejor que ese final, lo imaginen ustedes.

viernes, 16 de mayo de 2008

Implorando que sus aguas lleguen a tocar mis pies, y la espuma los envuelva hasta los tobillos, espero. Tan simple y tan lejano como este cielo mezquino, que hoy no quiso regalarme la luna.

Necios, empalagados en la avaricia por no ceder.

Secos, porque sus aguas no alcanzaron mis pies.

Porfiados, resignamos las ganas y empezamos a perder.

Ciegos, porque ni la luna, ni su ausencia vimos brillar esta vez.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Palabras

A veces las palabras no pueden escucharse, sólo yo puedo leerlas y apenas descifrarlas en este intrincado enredo mental, porque es largo y desgastante el recorrido que deben transitar hasta poder ser pronunciadas.
Es sinuoso el camino, se confunde con los otros que se cruzan en distintas direcciones, y es así que muchas veces, desorientadas, las palabras nunca llegan a destino.
¿Y a dónde van entonces?
Algunas, impronunciables, quedan estancadas en un callejón, oprimidas, y desde allí salen disparadas en gritos y vociferaciones ininteligibles.
Otras palabras, en cambio, tratan de seguir por un sendero casi intransitable, entonces, anegadas, son arrastradas hasta confluir en un inmenso mar de llanto.
Más desdichado aún, es el destino de aquellas que no encuentran ningún camino y quedan omitidas y suprimidas en el silencio más absoluto.
Sin embargo, muchas de ellas, llegaron hasta acá y acomodadas, en fila, suplican que no cierre este cuaderno y pacientes, aguardan a ser leídas.

lunes, 28 de abril de 2008

Murmura, desde aquel suceso ella siempre murmura...
¿Serán las explicaciones que nunca entenderá?, ¿serán las maldiciones que apenas logran salir de su garganta anudada? o tal vez, ¿serán los lamentos, que en inagotables lágrimas no encuentran el encause del río, porque las grietas de su piel las reabsorben?
(mayo 2007)

miércoles, 23 de abril de 2008

Soliloquio

Miradas esquivas. Las pupilas dilatadas por la oscuridad. Los ojos distantes, inyectados, cubiertos por una telaraña rojiza, sin pestañar.
Espasmos de luz.
Pasos que vienen y desaparecen. Ruidos, golpes, el crujir de bolsas; sonidos que no logran despabilar el sopor de esta sordera. Rechinar de algún mueble.
Quietud espectante del ser inanimado.
Eterna espera desapercibida.
El reflejo y la sombra proyectada son caprichosos, y se empeñan, cada día, en señalar mi presencia y, ensañados, atestiguan mi existencia.

lunes, 21 de abril de 2008

Presión

Estoy tratando de escribir, pero no sale nada.Las cosas forzadas no funcionan, no llegan a ningún lado.
Las letras sobrevuelan los renglones, como las palabras en mi cabeza. Imágenes, canciones, problemas que no puedo resolver.
La presión se puede usar tanto para abrir como para cerrar algo, como un frasco de mermelada o como esas latas de pomada para lustrar zapatos, aunque también funciona de la misma forma con nuestras mentes, con las personas, como para que entren o salgan cosas.
Pero, ¿es la misma presión la que se ejerce para tocar un timbre y para detonar una bomba?
¿Es la misma presión la que se usa para reunir a toda la familia en nochebuena y la que aplicamos a un pomo de dentífrico para aprovecharlo hasta el final? o la presión que se ejerce para que un chico aprenda las tablas de multiplicar, ¿es la misma que para abrir una lata de pintura?
¿Es la misma presión, la que usamos para reventar ese granito molesto y la que estoy haciendo para cerrar de una vez por todas esta valija llena de cosas viejas, que sigo cargando, a donde vaya?

Casi nada

Disminuída, reducida, diminuta, casi nada, como una piedrita en el zapato o una pestaña dentro del ojo, que persiste y termina dañando lo que toca, tan minúscula, que su insignificancia irrita.
Una brisa la desplazó, la hizo estrellar contra la pared y regó el suelo, despedazada. Sembró toda la extensión con su evanescencia, entonces, condensada, comenzó a danzar por el aire y fundiéndose con el oxígeno, fue inhalada.

jueves, 17 de abril de 2008

Derribando un ideal

Tomando la misma sopa de ayer, siento un regaño, un tirón de orejas... si ayer no la quisiste, bueno, como sea, hoy la vas a terminar, hasta limpiar el plato, que se vea el fondo, que quede plato nomás, ni un resto de caldo tenés que dejar. Lo bueno, es que una vez terminada la sopa, podés salir a jugar...
Se me aparece esa imagen trillada del burro siguiendo la zanahoria que tiene frente a sus ojos, colgando ante su nariz, pendiendo de la mano de su amo, para que camine y cumpla con la tarea que le asignaron, cargar, para que una vez cumplido su encargo, reciba, a cambio, su comida.
También se me cruza otra imagen, por demás conocida, la del galgo persiguiendo a la liebre, esas liebres de galgódromo, hechas de tela o de plástico, y me pregunto: ¿el perro sabe que no es real?, ¿qué es lo que persigue?, si logra atraparla, ¿qué le pasa al darse cuenta que la liebre es de juguete?, ¿se sentirá engañado, burlado o usado?...
De ninguna manera, pues si la alcanza (o al menos lo intenta), será recompensado con cuidados especiales y un buen plato de comida, y luego, puede salir a jugar....
El juego consiste en cazar a la liebre...
Metáforas de la vida cotidiana -pienso- lo que ninguna persona desea para su vida, su realización, su crecimiento...
Aunque, desde lejos, alguien me dice que, aunque no sea lo "ideal", por algo se empieza...
Pienso todo esto, mientras hundo la cuchara en el plato humeante.
Pero tengo una certeza, y es que siempre - llamémosle zanahoria, liebre o plato de sopa-, necesitamos algo por donde empezar, un motor para arrancar, una ilusión.
Lo importante es que nunca dejemos de buscarlas.
Aclaración:
1. Los que vieron la película "Trapito" van a comprenderme y no les hará falta más explicaciones.
2. No sé si de "ilusiones también se vive", pero que se sobrevive, seguro.
3. Quizá mañana cambie de opinión, pero por hoy, es lo que hay.

lunes, 14 de abril de 2008

Κάθαρσις

Quería escribirte... (hablarte) pero no consigo la suficiente fortaleza para poder hacerlo; o el valor, o la seguridad o el coraje, o la franqueza... no sé si estas palabras resultan extrañas. Para mí no son palabras, son metas, objetivos, anhelos que deseo desde hace mucho tiempo poder conseguirlos, porque a una batalla no se puede ir desarmado... que triste y doloroso es todo esto, hace años que padezco esta enfermedad que algunos llaman rencor o resentimiento, yo prefiero llamarla dolor, pero lamentablememnte no se va con un analgésico. Este dolor es ingrato, profundo, martirizante y parece que no quiere abandonarme, bueno, después de todo no es tan malo... algo me dejaste... quizá no quiera deshacerme de él, sería mejor reciclarlo, convertirlo, para eso necesito concretar mis metas... y entoces vuelvo al lugar del que partí (o nunca me fui). (2005)

martes, 8 de abril de 2008

Lluvia

Con la angustia atragantada, en medio de un silencio casi insoportable, con un mate insípido esperándome, levanto la mirada y compruebo que volvió a llover.
El agua casi no me pasa por la garganta, ya ni la tierra ni mis ojos la toleran.
Hace horas que el cielo está tapizado de nubes espesas e inmóviles.
Me desespero mientras el día se apaga lentamente y al mismo tiempo, deseo que pase rápido la noche.
Hasta acá llegué, no quiero escuchar más el eco de mis pensamientos, el retumbar de mis quejas ni el golpeteo de las gotas.
(`07)

miércoles, 19 de marzo de 2008

Discreción

-¿Cuántas horas llevás ahí metida?, entre esas paredes, ese cuarto oscuro y casi sin oxígeno...
Sos una vianda dentro de un "tupper" que nadie se llevó; sos como el paraguas que en días de lluvia, olvida casi todo el mundo en el colectivo, o como el souvenir de los quince años de tu prima, que permanece inmóvil, lleno de polvo, en el muble de tu vieja, porque a ella le dá pena tirarlo; o como la última porción de pizza, agonizando en el plato, a la que todos harían un lugar en sus estómagos, pero que finalmente nadie come...
-¿Y vos?, ¿qué hacés ahí parada, sigilosa, mirando, criticando y espiando?, ¿qué querés sacar a la luz?, ¿acaso pretendés robarme el anonimato?, porque ultimamente nadie percibe tu presencia... Hey!, ¿estás ahí?
- Sí, sí, pero no hagas tanto ruido, sé un poco más discreta... mejor lo dajamos así.
Que nadie se dé cuenta. Que nadie se entere

lunes, 3 de marzo de 2008

Dimensión conocida

Siempre a destiempo o en otro tiempo. Muchas veces creo que vivo en un tiempo paralelo, diferente al tiempo "real", distinto al de los otros y cuando ambos se cruzan, me provoca una angustia insoportable, porque siento que ya es tarde y no me queda tiempo. Es como llegar tarde a algún lugar ( a casi todos), como si se quemara la comida, como un sachet de leche vencida, coagulada y putrefacta, o quedarse sin agua en la ducha, o acostarse y que ya esté dormido, o sentarse a mirar una película empezada... Esto pasa en el tiempo real, el tiempo ingrato e infeliz, que avanza avasallante y no me espera, que corre maratónicamente y no lo alcanzo, y amanece cuando duermo y en vigilia observo cuando termina. Es el tiempo de los pájaros - acá me identifico con las cucarachas - que sobrevuelan mi cabeza, y yo sigo tratando de ahuyentarlos, sumergida en el agua, esperando que se vayan.

sábado, 1 de marzo de 2008

Vecinas

Estaba yendo a comprar mis cigarrillos "V" (no pongo la marca poque no es mi auspiciante) como siempre, y me detuve a saludar.
Dos mujeres se encontraban en ese cuarto, sentadas, tomando un mate que no me ofrecieron porque estaba frío; ellas son amigas desde hace muchos años.
La mujer rubia me invitó a sentarme, y al instante entró una tercera mujer.
Puedo describrlas como "madres", de hecho, las tres pueden ser mis madres y una de ellas ya es abuela. La gordita - la rubia - fuma sin parar, su amiga se fuma el humo que ella exhala; me convida un "Jockey suave" que prendo al momento y seguidamente la tercera mujer enciende su cigarrillo.
Entre la humareda charlan de los ruidos que se escuchan en el edificio, de eutanasia, del precio de la docena de huevos y de "alplax"...
La gordita, la que fuma incesantemente, parece cansada, en verdad fatigada, siempre tiene un aspecto depresivo y desaliñado, pero es muy simpática; su cabeza es redonda y pesada, está como pegada a su cuerpo sin cuello mediante. Cuando habla, su voz se oye como con una bocanada de humo atragantada, indistintamente de si está fumando o no.
Ahora escribo y describo, un poco con prejuicio, un poco con horror, aunque no me quejo... me quedé sin cigarrillos (y ya es de noche para salir a comprar) pero por suerte tengo un "jockey suave" posado en el cenicero mientras preparo unos mates.

viernes, 29 de febrero de 2008

Promesa

Sigo el rumbo incierto del humo que sale danzando,
por momentos suave, otras veces alocado por la brisa de este otoño neutro y apesadumbrado.
Una voz impersonal e indescifrable confirma mi sospecha,
no me sorprende, pero logra romper mi rutina
y una nueva desilusión le dá la segunda mano de pintura gris a mis expectativas.
Oscuros sentimientos recorren los pasillos de la promesa que impaciente espera y desespera,
certeza oculta, intrínseca, constante.
La esperanza ya quedó atrás,
porque sé que hoy no vendrás.
(2005)

jueves, 28 de febrero de 2008

Postal

El rectángulo de la ventana servía de marco para una perfecta y típica postal londinense o parisina pero sin glamour e insoportablemente urbana.
El cielo, como un mosaico gris, monótono como la lluvia incesante, mural de alfileres multiplicadas por miles, cayendo sobre terrazas y techos mugrientos, llenos de ausencia.
La mujer mira desde lejos, a unos dos metros de distancia de la ventana, como si en efecto, se tratara de un cuadro pintado en colores neutros.
Ella enciende un sahumerio, porque el olor a cigarrillo le colmó la habitación, las telas, el cuerpo, la ropa, la respiración; piensa que si hubiese relámpagos, se acercaría para verlos mejor, pero el cielo sigue igual, inmutable, incrustado de antenas parabólicas.
(Enero, `07)

martes, 26 de febrero de 2008

Madriguera del dolor

Camino por el jardín que un día fueron mis ilusiones y que ahora está marchito y arrasado, lleno de pozos con los que tropiezo y caigo, me levanto con heridas en las rodillas que no cicatrizan, porque todo el terreno está invadido por esos huecos, no hay tierra firme, no hay tierra fértil, todo lo que había se secó, solo hay aridez y desolación.
No alcanzan las gotas de llanto para que se asome ni un solo brote de lo que había.
Sigo el camino, casi sin fuerzas, cuesta arriba, y ya no puedo avanzar; se enredan en mis pies llenos de barro, raíces muertas de vegetación otrora espesa y espinosa,mientras cae con furia una tormenta de la que intento beber, pero su sabor es amargo, porque es el sabor de la muerte que empiezo a conocer, y sus afiladas gotas no son tales, sino que son dagas atravesando cada centímetro de mi ser.
Todo terminaría, si digo que este relato es el de una pesadilla...
Lamentablemente no es así. Ésta es la descripción de la desilusión, de un lugar en el que sólo habitan el miedo y la desazón, al que no llegan los rayos del sol, todo es oscuro y cualquier chispa de luz se extingue antes de nacer.
Dicen que éste lugar existe desde antes que las aguas se dividieran en océanos...

Los topos no tienen compasión, hacen hoyos profundos y allí se quedan viviendo para siempre, apropiándose de la tierra que usurparon, perpetuándose, escondiéndose, sin que nadie reclame por el lugar que robaron.

Mi jardín se convirtió en madriguera del dolor.

(Enero 2006)

viernes, 22 de febrero de 2008

Sueños

Desear que algo te dibuje una larga y felíz sonrisa... que sea infinita, que perdure, que no exista suceso que la pueda hacer titubear siquiera; que no tema a nada, que no se sospeche ni remotamente la posibilidad de que haya algo que pueda perturbarla... Los sueños son efímeros, viven un momento tan sólo, unos minutos; también pueden extenderse largas horas. Aunque existen los sueños circulares, esos que se reiteran una y otra vez, quizá sin modificarse, sin progresos, pero ( tal vez sea un misterio) el sueño circular, tiene la admirable habilidad de dejarnos expectantes, esperanzados, cada noche nos promete en silencio, tácitamente, que al día siguiente no va a ser igual... La noche siguiente, el sueño se repite con menos detalles que el día anterior, pero siempre, indefectiblemente, deja la misma sensación que en las noches precedentes, el mismo vacío, la misma promesa y cada vez más incertidumbre.

martes, 19 de febrero de 2008

Presentación

"Una madriguera es un agujero o túnel que un animal excava en el suelo con el fin de crear un espacio adecuado para habitar o refugiarse temporalmente. Las madrigueras proporcionan al animal protección contra los depredadores y las inclemencias del tiempo." Fuente: Wikipedia.

Bienvenidos.